miércoles, 19 de marzo de 2014

El cruce indocumentado en la Frontera Norte de México desde la "Operación Gatekeeper".

Foto tomada desde la "Casa del Túnel" Art Center. A la izquierda, San Diego, CA y un centro comercial muy conocido y frecuentado por tijuanenses, ubicado justo cerca del cruce fronterizo de San Ysidro. 

El patrón migratorio de la ciudad de Tijuana cambió drásticamente a partir de 1994 con respecto a la década de los años 80 y principios de los 90, pues es a partir de esa fecha cuando comenzaron a implantarse las medidas de control migratorio de la Operación Guardián, y las consiguientes operaciones “réplica”: Sonora, Chihuahua y Tamaulipas. Antes de la existencia del muro, Tijuana no tenía estación migratoria, lo cual favorecía que se produjeran grandes desplazamientos de personas desde del Sur del país y de Centroamérica, hacia el Norte. Provenían de zonas rurales y urbanas, y cruzaban mayoritariamente personas de sexo masculino. Pero la migración femenina también se vio afectada.

“Las mujeres que migraban dejaban a sus familias e hijos, o iban ya embarazadas, para tratar de tener su bebé allá en Estados Unidos, y obtener así un derecho: la residencia legal. Pero la migración cambió con la crisis económica de México […]. Comenzaron a llegar familias enteras intentando pasar al otro lado”. (Mary Galván, Trabajadora Social en la Casa Madre Assunta). 

Desde la Operación Guardián, se incorporaron mujeres e hijos en los desplazamientos, y fue descendiendo el número de personas que pretendían cruzar por la frontera de Tijuana. Además, esta falta de migrantes afectó al negocio vinculado al cruce fronterizo:

“[…]. Gracias a los polleros averigüé que la falta de migrantes ha afectado al negocio, provocando desempleo, que los costes han aumentado, que es difícil cruzar, pero no imposible. […]. La economía formal e informal que dependía de esos migrantes que llegaban del Sur al Norte, sufrió un impacto muy importante. ¿Y quiénes se vieron afectados? Pues los polleros que dependían de los migrantes, los policías que los extorsionaban, los hoteles de paso, las luncherías, las líneas aéreas, de autobuses…” (Víctor Clark, Director del CBDH).

Después de los atentados del 11-S de 2001, cuando comenzó el proceso de militarización de la frontera, ésta quedó sellada, y los migrantes se vieron obligados a buscar nuevas rutas, con costos mucho más elevados, tanto desde el punto de vista económico, como de vidas.

“Los que estaban dentro ya no podían salir, porque era dificilísimo regresar. Es decir, ya no iban a visitar a sus familias en México, porque el regreso les iba a costar muchísimo al estar indocumentados. Antes, se cruzaba por 300 $, o incluso no pagaban y entraban por un descuido de la Patrulla. Pero cuando pasaron los años, el aumento del costo fue muy grande. En el año 2001 era de 2.000 a 2.500 $ por cruzarlos. Además […] mandaron traer a sus familias. Vuelven a llegar mujeres y niños tratando de cruzar la frontera. Siguió todo en ascenso, y las muertes de los que trataban de cruzar. Comenzaron a buscar otras rutas, porque por Tijuana es imposible. Se empiezan a dar violaciones, robos, etc. Hay redadas en EE.UU y deportan con intervención de la policía”. (Mary Galván).
            
La mayor parte de las personas que pasaban hacia los Estados Unidos desde el año 1997 hasta el 2001 lo hacía por Tucson, (Arizona, Sector sur), lo que provocó un notable número de detenciones en esa zona, pero también de decesos. Entre los desiertos de Arizona y Sonora, se encuentra “El Paso de la Muerte”, cuyo nombre es debido a que los migrantes han de soportar temperaturas tan altas, que en multitud de ocasiones acaban falleciendo. Hasta la fecha si bien se han registrado oficialmente más de 5.800 muertes, es posible que esta cifra sea muy superior (e incluso el doble), debido a la dificultad que entraña la identificación de los restos de los cadáveres, o porque éstos se hallan en tumbas ubicadas en los Estados Unidos, que no son objeto de reclamación ni de identificación con pruebas de ADN.


Valla fronteriza en Tijuana, y homenaje en el “Día de Muertos” a las víctimas desde la construcción del muro.                
Tras los atentados se inició la construcción del muro de Sonora, desarrollando una estrategia análoga a la perseguida en Tijuana, que era precisamente evitar o controlar el cruce de migrantes, por lo que la circularidad de la migración se vio afectada, y además, trajo una serie de consecuencias:

“Esto provocó que el flujo migratorio cambiara hacia la Baja California, Tecate, Mexicali, la zona del desierto, la zona del río, Algodones, y se diversificó mucho el flujo. […] Después de 2001, con el proceso de militarización del otro lado de la frontera y con todas las medidas que se adoptaron, y en 2005, con la declaración de guerra del ex presidente F. Calderón contra los narcos, que los replegó a lugares inhóspitos […] ubicados justo por la frontera, […] los migrantes quedaron entre dos fuerzas”. (José Moreno Mena, Presidente de la Coalición Pro Defensa del Migrante, A.C.).
           
Es por ello que las bandas organizadas en torno al narcotráfico, comenzaron a utilizar a los migrantes como medio de transporte de la droga, siendo habitualmente secuestrados, extorsionados, y finalmente, asesinados. Pero además, también empezaron a ser presa de los abusos de la policía municipal a lo largo de la frontera, hechos que normalmente no son denunciados por las víctimas.

 “El problema en México es que existe lo que se conoce como “números negros”, y no se registran muchas cosas, lo que provoca que haya desinformación. Los migrantes no denuncian, porque son agredidos por la propia policía, o la policía está en connivencia con los narcotraficantes, y lo que hacen es decirlo a las organizaciones civiles. Cuando comienzan a hablar, las organizaciones pueden obtener 80 ó 90 testimonios afirmando que son agredidos, pero a la hora de denunciar, no se atreven, no quieren, incluso si se les ofrece acompañarles. El secuestro es uno de los temas que menos se denuncia. En Baja California hay más de 300 secuestros por año, pero registrados en la policía, hay 54. Ellos lo saben por los testimonios. Por eso es muy difícil hacer una política pública de prevención, porque las autoridades argumentan que no hay denuncias”. (José Moreno Mena).
           
Los testimonios recogidos han sido fundamentales para la elaboración de informes por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), que reportó una cifra muy superior a 10.000 secuestros en sólo seis meses[1], y se trata de un fenómeno que se está dando a lo largo de toda la Frontera Norte.



Detalle de la valla y el homenaje a los muertos. En la imágen podemos ver cómo una persona trata de comunicarse con otras que se encuentran en "el otro lado".
          
Actualmente, el cruce indocumentado por la puerta de entrada Tijuana-San Ysidro es prácticamente imposible. Normalmente el tránsito se produce por parte de trabajadores que viven en Tijuana y trabajan en San Diego, o de personas que van de compras “al otro lado”, visitan familiares o realizan cualquier otro tipo de actividad. Pero mientras que la entrada desde EE.UU no ofrece dificultad alguna, ya que la vigilancia aduanera de las autoridades mexicanas es mínima, no puede decirse lo mismo con respecto al trayecto desde México. Éste puede convertirse en una verdadera odisea, debido a  los controles exhaustivos ejercidos por los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP)[2], que provocan largas filas de personas y vehículos, con tiempos de espera que alcanzan en periodos navideños hasta 5 horas. Pero, pese a ello, continúan dándose casos en los que se elude la vigilancia aduanera con documentación falsa.

“[…] Siguen cruzando por el puerto de entrada Tijuana-San Ysidro, pagando entre 3.000 y 4.000 o incluso 5.000 $. Hay muchas formas de hacerlo, entre ellas, con documentación falsa. Pero eso no es algo nuevo, se ha hecho siempre. Y si no, pagarán 2.000$ a un coyote por cruzar por las montañas y el desierto”. (Víctor Clark).[3]

            
“La Rumorosa”. Carretera Tijuana-Mexicali.  En nuestro viaje hacia Mexicali, B.C. nos trasladamos en  autobús. He de decir que nos impresionó el magnífico espectáculo que nos ofrecía la naturaleza, pero realmente es un trayecto muy dificultoso y lleno de curvas.

La ruta clásica de indocumentados que va del Sur de México al Norte, es la que se encuentra entre Tijuana y Ciudad Juárez, una parte de la Frontera que se ha convertido en un auténtico “embudo”, debido a que hay cada vez menos sitios por donde los migrantes pueden cruzar sin ser descubiertos, y en la que resulta muy difícil encontrar rutas de paso exentas del pago de cuotas para las mafias locales que operan por la zona, salvo en  “La Rumorosa”, ubicada entre Tijuana y Mexicali. Ésta se caracteriza por ser un terreno montañoso muy abrupto, con un clima extremo, de altas temperaturas en verano, y con nevadas en invierno. Y por ella descienden (si lo logran) hasta la “Laguna Salada”, cuya orografía les facilita el tránsito, aunque cuando la atraviesan también pueden ser fácilmente detectados[4]


Al fondo se puede observar la “Laguna Salada”.

Es por ello que hay instalados albergues comunitarios temporales, y además, la organización de la sociedad civil "Ángeles sin Fronteras" decidió también construir el "Refugio del Migrante" [5].








Fuente: Ángeles sin Fronteras. http://goo.gl/qnGKBe [Consulta de 19 de marzo de 2014].
                  
Actualmente, la pena aplicable por el reingreso indocumentado múltiple (“repeated illegal re-entry) puede ser de 2 años de cárcel[6], a diferencia de la política que se aplicaba anteriormente, en la que si los migrantes eran aprehendidos, simplemente eran sacados del país. Esto ha supuesto una clara criminalización del migrante, que se está dando de forma más acusada en los estados de Arizona y Texas.

En fin, pues ésto es todo. Espero que os haya gustado. Como siempre, ¡¡hasta la próxima!!



[1] Esas cifras se están actualizando, de modo que en el año 2013 ya hay registradas 11.000 víctimas de secuestro. “11 mil migrantes secuestrados en sólo un año: CNDH”. (05.03.2013). http://aristeguinoticias.com/0503/mexico/11-mil-migrantes-secuestrados-en-solo-un-ano-cndh/ [Consulta de 23 de mayo de 2013].
[2]Son conocidas las largas colas que se forman para cruzar en dirección a EE.UU, tanto para quienes viajan en automóvil, como para quienes van a pie. Los  tiempos de espera tienen una duración media que oscila entre las dos o tres horas (especialmente en fines de semana), hasta las cinco horas en periodos festivos (Thanksgiving Day, Navidad), Se calcula que diariamente unos 35.000 vehículos cruzan en ambas direcciones por San Ysidro. Fuente: “México y EU amplían cruce fronterizo”. (01.11.2012).  http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n2755348.htm [Consulta de 20 de febrero de 2013].
[3] Hay fuentes que señalan que actualmente el costo de cruzar por la línea por Otay, San Ysidro, Tecate, y Mexicali, oscila entre 5.000 a 7.500 dólares. En automóvil es de entre 10.000 y 12.000 dólares. Mientras que en lancha y en avioneta, de 10.000 a 12.000. Fuente: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/884690.se-incrementa-riesgo-al-cruzar-la-frontera-norte.html [Consulta de 3 de marzo de 2014].
[4]Seminario Permanente sobre Migración Internacional. Ciclo 2012. “Escenarios de violencia de las migración es internacionales: actores y respuestas” Sesión 8ª. Martínez, O. “Los migrantes que no importan. Centroamericanos indocumentados en México”. (11.12.2012). Se puede tener acceso al Seminario en este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=JWvfPsXQDHE
[5] El inicio del Refugio del Migrante de la Rumorosa: fotos de los primeros días en el albergue donde están apoyando a migrantes en zona montañosa. Fuente: Ángeles sin Fronteras. http://goo.gl/o8iqTZ  [Consulta de 19 de marzo de 2014].
[6] Incluso de 10 años, si se tiene antecedentes penales o de 20 años, en caso de haber cometido un delito grave. Illegal Reentry into the U.S. After Removal: Crime and Punishment. http://immigration.findlaw.com/deportation-removal/illegal-reentry-into-the-u-s-after-removal-crime-and-punishment.html [Consulta de 24 de mayo de 2013].

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